Ermita de San Bartolomé

La ermita se construyó a finales del siglo XII o principios del XIII. Se hizo construyendo los cánones constructivos del momento, correspondientes a un estilo románico de la escuela de Lleida, influenciado por construcciones del Cister y de las Órdenes Militares, guardando semejanzas con las iglesias de San Ruf de Lleida, de San Cristóbal de Siscar, la parroquial de Alins o la capilla templaria del castillo de Monzón.

La construcción original era la de una nave alargada con entrada por un hastial recto orientado al oeste, teniendo el altar en el ábside que mira hacia el este, cubierto con bóveda de horno apuntada. El paso del tiempo fue haciendo mella en la construcción; por un lado, el tipo de material utilizado: piedra arenisca de no muy buena calidad, el terreno poco estable sobre el que se asienta: gravas; el incendio que padeció en 1443; los fuertes terremotos que afectaron la zona en los siglos XIV y XV, y finalmente el posterior abandono de la población del Pou hacia la mitad del siglo XVI, propiciaron que la parte de entrada al templo cayera durante el primer tercio del 1700. Al cabo de unos años de permanecer caída, se reconstruyó la parte afectada cerrándola con otro ábside enfrontado al primitivo, quizá por parecer que ofrecería una mayor estabilidad.

La reforma se efectuó utilizando bloques reaprovechados de pequeño tamaño, irregulares y empleando gran cantidad de argamasa. La bóveda que lo cerraba, era avenerada al interior y de yeso, al estilo de las obras del siglo XVIII. Este ábside añadido es el que nuevamente cayó en 1979 y que propició la reconstrucción global efectuada en 1985 utilizándose piedra de La Floresta, de color y textura bastante diferentes a la piedra del país con la que originariamente fue construida la ermita. Esta piedra original se talló en sillares de destacado tamaño, de hasta 1 m de longitud y unos 25-30 cm de altura, siendo el grosor de las paredes de 1,25 m. La nave se cubrió con bóveda apuntada que arranca de una imposta y se ve reforzada por un arco fajón que se apoya sobre paredes de columnas sin basas y con capiteles lisos sobre baquetón.

Muchos de los bloques originales conservan marcas de picapedrero, destacando especialmente los dibujos de martillos y de la letra P. En el muro norte, una puerta dovelada en arco de medio punto daba acceso desde el cementerio contiguo, abriéndose en el interior bajo una apertura cubierta en arco muy apuntado. Esta puerta recibía la luz exterior a través de una saetera dovelada practicada en el muro sur. En el ábside este, se abría una ventana central en arco de medio punto, sostenida por columnas con capiteles sobre baquetón, que llevan una sencilla decoración geométrica entrelazada. Sobre los capiteles se apoyan tres arquivoltas de medio punto en ligero derrame hacia el interior. En la reforma practicada el siglo XVIII se práctico la actual puerta de acceso a la iglesia que rompe asimétricamente la ventana original que fue cerrada interiormente. En el arco de la puerta hay grabada una cruz ensanchada que no debe confundirse, por el momento en que se realizó, con ninguna de las cruces de las órdenes militares con las que la factura de la fábrica guarda relación.

La cubierta de la iglesia sobresaldría en un alero que se apoyaría en un alero que se apoyaría sobre canes en cuarto de bocel colocados en sillares alternos y que en la última reconstrucción fueron substituidas por otros piramidales meramente decorativos.